Al día siguiente me fui con mi amigo Dani y su Bandida a ver el Mundial de Superbike a Portimao.
Quedamos en su casa tempranito y sin desayunar para poder hacerlo en ruta, y antes de llegar a Portugal paramos para hechar gasolina y tomarnos el colacao.
Allí fue donde le pegue el primer empujón a la Bandida, que en 60 km no había cargado aún la batería.
Llegamos al circuito y lo primero fue ver los alrededores, no muchas motos pero si muchos coches, y tras comprar las entradas cogimos un autobus que nos llevo a la grada que elegimos.
En la grada muy poquita gente, tan poca que nos costo trabajo encontrar a alguien que nos hiciera una foto.
Para la segunda manga de Superbike cambiamos de grada, una con más gente y donde las motos se sentía más cerca.
Hay que decir que el circuito es una maravilla, por la de toboganes que tiene y por que practicamente en cualquier sitio se ve bastante. Si algún día se traen el mundial de motociclismo , tiene que ser impresionante verlo lleno.
Tras salir de las carreras, enchufamos gas y en poco mas de hora y media estábamos en casa.
Buen día de motos y compañía.