domingo, 1 de septiembre de 2013

Cada uno la suya.

Esta claro que cuando uno se compra algo que no es por necesidad hay dos factores que influyen, uno es la cabeza y otro es el corazón. Esta claro que estoy hablando de motos, ¿no?.
Hoy en una salida matutina con mis " compis de las motos", después del desayuno y tras hablar de la nueva adquisición del grupo, una Suzuki B-King, Pedro me propuso el cambiarnos durante unos km las monturas.

Su moto es una Triumph speed triple, un juguetito muy apetecible, pero si tenemos en cuenta que proviene de una Bmw GS 1200, no termina de estar cómodo con ella, y ronda por su cabeza el cambiar.¡¡con el pepino que tiene!
 
Después de nuestra merecida tostada con jamón,( prometo hacerle un foto a la próxima), acepte la propuesta de cambio y nos fuimos dirección Aracena, yo con la Triumph y el con la TDM.
 
Vaya bicharraco!!!!!! Como acelera, como frena, como entra sola en las curvas, como pega el viento en el pecho. Es la segunda Triumph que pruebo y que bien suenan.
 
Cuando me baje de la moto no había manera de quitarme la sonrisa de la cara, pero, siempre hay un pero, echaba de menos mi TDM, con menos CV, moviéndose como un barco, sin esa aceleración ni esa frenada, ahora viene la bueno, pero cómoda, fácil y manejable como ella sola. Y no se me puede olvidar lo BONITA que es.
 
Por eso cuando te compras un capricho debes valorar si lo compras con la cabeza o con el corazón. Yo tuve la suerte de al comprar mi moto no tener que elegir entre cabeza y corazón, por que es la moto que me decía el corazón y la cabeza a la vez.
 
 

Esto es todos amigos.

Esto es todos amigos.