Amenazaba agua la mañana, pero eran tantas las ganas de montar en moto que esto ultimo pudo mas, asi que a la 10 de la mañana ya estaba yo en Gibraleon donde habia quedado con mi compañero de ruta Javier.
Despues del saludo cogimos la nacional que lleva a Rosal de la Frontera, una carretera con curvas amplias, con poco arcen pero con muy poco trafico. El ritmo fue normalito porque la carretera tampoco estaba para muchas florituras pero la verdad es que disfrutamos en las tumbadas.
Despues de casi hora y media llegamos a nuestro destino donde nos estaban esperando un par de tostadas con el colacao calentito, que se agradecia.
1 comentario:
QUE BIEN OS LO MONTAIS
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